Volando dentro de una lamparita de 25 wts
Sesiones escritas
Sin Dolor
Bebe el resto de mi sangre después de matarme, degollado en la pinotea suelo ser sensual.
Arranca mis piernas antes de que corra por miedo; quítame las manos sin que lleguen a cubrir mis ojos, quítamelos también a ellos después de que observen todo; córtame la lengua con el beso más profundo que puedas dar, que el silencio acompañe el silbido del bisturí bailando entre los trozos de mi carne despatarrados. No me anestesies, prefiero estar conciente en cada corte, sentir cada uña desgarrando la piel. Quiero que te veas en el espejo ensangrentada, verte bañada en mí, recorriendo todo tu cuerpo; sacia tu sed, tú lujuria, tu pecado más oscuro.
Envíame una postal de Tilcara tres meses después, iré a buscarte para que vuelvas a hacerlo.
¿quién la arrojo del tren?
Ella toma el tren por la madrugada, camina entre la arboleda de tilos; descalza acaricia la calle de tierra mientras se pierde en la oscuridad de una ciudad sin aromas. Deja dibujos espiralados en vez de pisadas en su andar; cierra los ojos en Caseros y se levanta una brisa suave que empaña las estaciones. Salta, le susurró un pájaro, el anden se disfrazo de verdugo y el sol quiso salir de testigo. Soltó una lágrima enrojecida, fue el principio de una tormenta que años después la población olvidaría por completo.
la Escondida velAda
la Hermana sofisticada la Hermana en vestido floreado sedienta ingenua ¿arrabalera? la Hermana con sombrero puesto el mío frágil y humeante en la calle en la plaza temblando de miedo en bicicleta la Hermana una niña un borracho
Una niña y un borracho
la Hermana miedosa exigente severa ¿perversa? me pide que no fume me pide un cigarrillo la Hermana la misma la otra la que me besa en sonrisas escondida bárbara guerrera la Hermana.
Devastacion
Arreglé tu mundo sin saber que querías destruirlo; que preferías el suelo tupido de escombros al encierro de la casa recién pintada. Me sentí un iluso al pensar que sería suficiente mi compañía. Que le podía dar, mas que un puñado de morisquetas; o el fallido dibujo de su rostro dormido. Entrecerré sus ojos sin sentir las palabras que presagiaban el destierro silenciosode mis pasos.
El silencio de los buenos borrachos
Mientras ella cantaba de espaldas con su rostro escurridizo, velando el elipsis del salón; los borrachos nos deleitábamos.
Se escuchaba el aliento a vino viejo tiritar contra el vidrio. ventana que nuca debió ser abierta, que nuca debió cerrase.
Giró su lánguido cuello hacia la escasez de un horizonte opaco y distante sin secar las lagrimas del rostro; nadie la esperaba, nadie la acechaba.
Agarró su botella y unos pocos cigarrillos; sin dinero que gastar, pero con la satisfacción de no tener nada en que gastarlo, salio de improviso; aunque todos lo notamos.
El moso preguntó por ella cuando el ocaso se posaba sobre la medida de whisky, el silencio rebotó sobre los hielos del vaso y uno balbuceó que jamás volvería.
Ida y vuelta
Otra vez esperar a que el tiempo pase; otra vez aquel tiempo, el añejo, el pasado. El tímido y cruel tiempo que supo aferrarse a mí antes de pasar. Otra vez esperar….
ya es ocaso
Anoche llegue tarde al sueño, y al recordarlo ya estaba dormido. Cómplice mío que se vacía en las sabanas húmedas, ¿cuando vendrás a despertarme?
Se escuchó el ruido de la ducha cuando gire la cabeza; tonta canción de cuna que logró en mi desvelo despertar a los difuntos oídos.
Sospecha
¿Debo besar la duda, el símbolo de interrogación que abraza el siniestro?
Holocausto de lujuria encerrado en el sinsabor.
¿Acaso enjuagar el sudor de sabanas que nunca se tendieron?
Pido piedad al cielo antes de que se desplome.
Silencio; ¿cuando sabré comprenderte? ¡oh! mente que suspiras.
La constante dicta su desengaño, los desconfiados se arrepienten.
¿y para que?
"somo las raices que crecen rompiendo el cemento" anonimo de un anrquista muertoSoy la piedra embarrada que no debió ser arrojada; el receptor herido que cayó al abismo inconciente.
(también se lo que no soy)
Dame la mano, le burle al manco mientras caía. Arrogante hasta en mí destierro.
Comí del plato del perro, le gruñí, me comí al perro, fui el perro.
(y lo que no debería ser)
Sin amo, sin dios, sin nadie a quien ladrar con muchos a quien morder.
Soy la resaca de una borrachera que nunca existió; soy el borracho,
(y lo que jamás podré ser)
el vino picado que nadie debería tomar.
Vuelve
Vuelve a irse, se va como quien se va diría mi intima muerte. Vuelve a escribir mi nombre; debajo, el suyo, el que no la nombra, el que se aleja. Mas abajo, mas oculto mi cuerpo mutilado sucio, desprolijo, vuelve a aparecer su nombre. Vuelve su partida, no en su partida; ella no ella no vuelve. Y sin embargo la abrazo en mi cama con otros cuerpos, con otros nombres. Vuelve, ansío vuelve, transpiro vuelve, sofoco vuelve, y me da ocupado, y pateo el teléfono contra una pared. Vuelve escribo en el teclado, otra ves escribo, vuelve debajo de vuelve su nombre, el que no la nombra, el que la aleja.
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