| Volando dentro de una lamparita de 25 wts
 Sesiones escritas
 
 
 
         
    
	 
	 Aguanta
	 
    
	
      no respires en mi sudor de desdicha consumada
 has tu vida un infierno
 pero no respires
 si no vas a beber buen vino
 de mi hígado herido
 no respires ni siquiera
 aun,
 en la espera
 de los que perdimos el tiempo
 aguantando
 nuestra respiración
 no respires mientras lees,
 menos aun si escribes,
 no respires en el sudor
 de los que
 por instinto
 nos desangramos
 sin saber hacerlo
 quédate quieto en tu ventana
 observando un cuadro
 de Egon Shile
 saca un cigarrillo
 y fumalo
 sin respirar, claro
 aguanta un año,
 aguanta toda tu vida
 y antes de morir
 omite tu último suspiro.
 
         
    
	 
	 ¿tenes fuego?
	 
    
	
      Yen la quietud fotográfica de la lata rodando por el suelo,
 descubrí los zapatos cubiertos
 de barro,
 barro de horrores caminados
 barro sin ganas de limpiarse,
 barro del que ningún hombre
 quisiera estar hecho.
 No fue la lata la que rodó
 hacia mi esa madrugada,
 rodó su cuerpo, sus manos,
 rodó raspándose sobre el asfalto.
 Recuerdo un encendedor
 prendiendo mi cigarrillo,
 unos ojos carmesí
 observando el vació de
 mis ojos fatigados,
 mis mano huesudas
 apretando el filtro
 del mismo cigarrillo
 que ella encendió
 con furia y temor,
 las baldosas grisáceas
 a punto de quebrarse
 y el ruido de la lata,
 el maldito ruido metálico,
 aturdiendo ese instante,
 que podría haber sido
 solo un gesto gentil
 entre dos desconocidos.
 |