Alfa
Suave, dócil
casi imperceptible.
Las manos desgarran la seda
desde la oscuridad en la que se exhiben.
Vuelve a encenderse una lamparita,
tenue destello que no resplandece.
El cuerpo acelera su inquebrantable
inercia, más vertiginosa, mas blanda.
Desde el adentro se anuncia,
apagado, un aliento, un grito.
Los brazos se estiran
empujando la pared,
entumecen las piernas,
se acalambra la garganta.
Sumisa humedad recorre
la sangre con violencia.
Desde la profundidad
dan a luz los ojos cerrados
a una boca abierta.
Destemplado en su nacimiento
el universo envuelve
su epilogo de goce.
1 Comments:
qué buen remate! ahora no me gusta mucho lo desde " el adentro" me parece quedaría mejor "desde adentro" a secas. por lo demas el poema cierra es musical y vuelvo a insitir, que buen remate!
besos
ale
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