Volando dentro de una lamparita de 25 wts
Sesiones escritas
1979
¿Dónde te escondiste aquel año, en el que comencé a nacer? Nacimiento en un nicho que presagiaba todos los finales; si, también el tuyo, perdón, el de ustedes. ¿Dónde? Susurro la pregunta para no delatar tu escondite. Pregunto ayer, y treinta años después espero la respuesta en cualquier buzón.
Alfa
Suave, dócil casi imperceptible. Las manos desgarran la seda desde la oscuridad en la que se exhiben. Vuelve a encenderse una lamparita, tenue destello que no resplandece. El cuerpo acelera su inquebrantable inercia, más vertiginosa, mas blanda. Desde el adentro se anuncia, apagado, un aliento, un grito. Los brazos se estiran empujando la pared, entumecen las piernas, se acalambra la garganta. Sumisa humedad recorre la sangre con violencia. Desde la profundidad dan a luz los ojos cerrados a una boca abierta. Destemplado en su nacimiento el universo envuelve su epilogo de goce.
Agua muerta
Parado frente al horizonte, pequeña orquesta desafinada que separa las aguas, me aleja del cielo y devuelve el cuerpo a la tierra. Mis pies erizan la espuma del mar que se presenta culpable. -fui yo, y no ella- A ella escondida entre su lenguaje la descubrí fresca en el estanque. Parado la espero llegar desnuda de letras y amores, muda de sinfonías, nadando entre la seda. El horizonte me regala un retrato distante, el mar su cuerpo de despojo en la arena. La beso, acaricio su suicidio. -los muertos también sabemos dar placer- Hacemos el amor mientras el horizonte se pone de pieante nosotros.
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