Antes de que el sol caiga

Aclaremos algo,
no palabras invertebradas
que mueran asfixiadas
en tazas de café;
ni oraciones fracasadas
que se peleén por saber
quien tiene el corazón
más oscuro.
Aclaremos mejor
las pinceladas que tiñen
las veredas de verano,
los pinceles del sol.
Aclaremos los sueños
Que en las madrugadas
nos ponen contra la pared.
Sin cigarrillos,
sin vendas,
sin últimos deseos.
¿recuerdan
cuando los ojos se nos caían
al piso y estallaban como cristales?
¿recuerdan cuando morían las primaveras
antes de que empiecen los inviernos?
bueno, aclaremos eso.
Y después cuando ya este todo aclarado,
cuando las pestañas descansen
en las estaciones de tren,
las canciones dejen de oírse por la radio,
cuando los cayos de los pies
rocen las brazas del cemento;
cuando la ciudad se eche en la cama
y se masturbe hasta cansarse.
Encenderemos las luces
para resaltar los colores
de los iluminados.
Luego, solo el Apocalipsis
podrá sacarnos del limbo.