Velan mis pupilas la mueca frágil de su espalda,
murmurándome sigilosas, plumas musicales
que recorren serpenteando hábiles, mis débiles oídos.
Revelas sobre tus muslos, inquietos y ágiles,
que la humedad sedienta de los hedores que pronuncias
no se quitan con las aguas turbias, del río de montaña.
Aunque el río se encandile en tus senos,
hasta brillar en la oscuridad del cuarto.
Aunque el río, ¡Oh Gran Río, que todo lo mueve!
se apiade de los peces dejándolos volar.
Dejándonos contemplar el cielo,
desde lo más alto.
Velan tus pies resbalando sobre las arenas,
cosquilleos danzando, sedosas melodías
que disfrazan entrecruzadas, los pecados de mis huesos.
Revelas con tus labios, locuaces locuras desinhibiendo
incansables la necesidad del habla en atropellados alaridos,
placeres profanos olvidados en templos paganos.
Templos donde oramos a la luna de cielo raso,
que no nos abandone en la travesía.
Templos, ¡Oh Gran Templo, de barro y caracolas!
no prohíbas que me entregue sus ojos
dejándola ciega de culpa y karma,
dejándonos contemplar la tierra
desde lo más bajo.
1 Comments:
Se me olvido de escribir el titulo de este escrito, se llama AGUA Y TIERRA es un poco laberinresco en su verborragia, no es lo que mas me gusta pero bue.....uno no siempre puede describir ciertos encantos de maneras simples, de echo de maneras compuestas tampoco se podria describir ese momento hermoso que pase, pero lo necesitaba...se los regalo a todos usd.
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